La medida adoptada por los guardias policiales de suspender las visitas el fin de semana pasado por el ataque de un preso -que terminó muerto- a dos policías generó un motín en la cárcel de mujeres donde iniciaron una protesta que terminó con la quema de colchones y la rotura de vidrios e instalaciones.
Por otro lado, en el Comcar hubieron incidentes entre los familiares de los presos -a quienes no los dejaban entrar- y la policía.
Decir que es un abuso que la policía les niegue verse a los familiares y a los presos sería entrar en la lógica misma de la dominación, la lógica del sistema carcelario y las leyes creadas para proteger y ciudar a los explotadores y los poderosos para que puedan vivir tranquilos con sus vidas de privilegios.
No podríamos hablar de «abuso policial», «abuso de autoridad» o algo así cuando justamente esa es la función de la policía. La existencia de la policía y las cárceles es de por sí un abuso.
Por eso cualquier intento por romper con todo lo que obstruya el paso a la calle está totalmente justificado cuando se está adentro de uno de estos infiernos creados por el Estado para castigar a los que no le sirven para su mundo de explotación y miseria.
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